“Magic
competitivo es el balance perfecto entre estrategia, táctica, creatividad,
decisiones tomadas bajo falta de certeza e información imperfecta, y desempeño
bajo presión y fatiga. Es el deporte intelectual perfecto”.
Matt Sperling
Mi nombre es Felipe “yiyi”
Valdivia. Conocí Magic el año 97, en la biblioteca de mi colegio, viendo a un
amigo abrir un sobre de espejismo. Jugué
durante años en mi colegio y afuera de la tienda “Genial” y del Blockbuster,
sin rozar el ámbito competitivo, de hecho nunca tuve la necesidad de sacar un código
DCI, en esa época me bastaba con los torneos casuales. Me retire cuando conocí Counter-Strike
y Warcraft, al final del bloque Mercadia. Magic estuvo en mi radar durante aquel periodo
de sequía, a través de comentarios en internet, y gracias al afamado
Workstation, pero no fue sino hasta Nueva Pirexia que me anime a re-encantarme
con los cartones.
Desde entonces he avanzado de a
poco por el multiverso y, aunque he tenido algunos buenos resultados como ganar
un par de Gameday y hacer top8 en el último PTQ Standard, me falta mucho para
dar el gran salto. Mi meta en este segmento es que me acompañen en mi travesía
para (re)-descubrir el juego que nos une, y buscar oportunidades para que
mejoremos y aprendamos juntos.
Hoy quiero partir en la base, detallando aquellos elementos que hacen de Magic la plataforma perfecta para desarrollar aquello que Matt Sperling llamo el “Deporte intelectual perfecto”. Hay al menos cuatro elementos que debemos conversar;
Hoy quiero partir en la base, detallando aquellos elementos que hacen de Magic la plataforma perfecta para desarrollar aquello que Matt Sperling llamo el “Deporte intelectual perfecto”. Hay al menos cuatro elementos que debemos conversar;
I Información imperfecta, falta de certeza e
interpretación critica
Magic ofrece diversas zonas de
juego, a saber, biblioteca, mano, campo de batalla, cementerio, pila y exilio –Commander
incorpora la zona del comandante-. Algunas de esas zonas son conocidas por
ambos jugadores –campo de batalla, pila, cementerio y exilio-, otras sólo por
uno –mano- y otras por ninguno –biblioteca, podemos conocer el contenido, pero
no el orden, en circunstancias generales.-
Las zonas conocidas por ambos
jugadores se parecen bastante a un tablero de ajedrez. El campo de batalla es
el tablero, y el cementerio es aquel costado donde vas colocando aquellas
piezas que fueron vencidas. El ajedrez es un juego de información perfecta,
todo lo que necesitas saber está contenido en el tablero y los movimientos se
comportan conforme a reglas pre-establecidas, no hay sorpresas. En el ajedrez
no tiene sentido bluffear, pues tú oponente soló se concentrará en lo que
expresen los movimientos de tus piezas.
Las zonas conocidas por un sólo
jugador se parecen a una partida de póker. La mano es donde acumulas una
combinación crítica de cartas que tiene por objetivo vencer a la acumulación
crítica de tu oponente. Si lo consigues, ganas, pero sólo podrás saberlo una
vez que el juego se desenvuelva, de modo que previamente tus jugadas deben
realizarse a partir de especulaciones e intuiciones que son motivadas por
información imperfecta y falta de certeza. Aquí tiene todo el sentido del mundo
bluffear, es una de las principales formas de sacar ventaja.
Magic es, metafóricamente hablando,
un hibrido de ajedrez y póker, y eso tiene poquísimos precedentes. Como tal,
algunos jugadores destacan por dominar las interacciones y las mecánicas presentes,
optimizado un plan de juego a partir de la información dada. El dominio en esta
faceta del juego es elemental para alcanzar un buen nivel en magic, y es aquí donde
se distingue a los jugadores novatos de aquellos que llevan años de
experiencia. Otros jugadores, en cambio, se distinguen por su capacidad de
identificar patrones y poder adaptarse al plan de juego del oponente. A partir
de conductas o gestos pueden deducir información subyacente y sacar ventaja. Estos
jugadores generalmente tienen un talento natural que han podido pulir y
perfeccionar interactuando e interpelando a otros.
Obviamente hay Pro players que
llegaron al máximo nivel mundial perfeccionando una de las dos facetas, como
Stanislav “Eggs” Cifka, que es jugador profesional de Ajedrez, además de
magiquero pulento, o Eric “Efro” Froelich, que es jugador de poker y tiene una
casa putera en Las Vegas, donde hospeda a todo Channel Fireball antes de cada
Pro Tour. Cifka no le hace un amague ni
a su mamá, porque juega como un tempano de hielo convertido en persona, y Efro
olvida activar a sus PWs en la última ronda de un PT, pero con la pura mirada
te hace una de Ronaldo y hace que le tires tu ultimo removal a un experimento
uno cuando tiene dos hellrider en la mano. Pero los crack, esos que nos dan
ganas de poner un poster de ellos en la pieza cada vez que juegan, esos son los
que dominan ambas facetas del juego, y pueden sacar ventajas en ambas según el mérito
de cada match. De esa escuela hay pocos,
y cada uno tiene su favorito, yo me quedo con John “JohnnyMagics” Finkel.
II Creatividad,
Construcción de mazos y elección de cartas.
Un partido de magic se juega mucho antes de que te sientes
frente a tu oponente y robes tus siete cartas iniciales. El juego comienza en
el pizarrón, cuando defines el mazo que vas a jugar, o tu estrategia para
desentrañar tu pool de sellado. Me cuesta pensar en otro juego que te de tanta
libertad y tantas herramientas para definir previamente tu estrategia de juego.
Son incontables las interacciones a partir de las cuales se puede obtener una
ventaja o atacar desde un ángulo insospechado. El hecho de que cada año se publiquen cuatro
nuevas ediciones hace aún más profundo el mar de alternativas, a partir de las
cuales puedes decidir enfrentar a tus contrincantes y encarar un torneo.
Cuando comencé jugando no existían guías ni publicación
de listas, de modo que construir un mazo era normalmente un ejercicio artesanal
de prueba y error. Hoy, en cambio, con las listas de MOL y dos torneos diarios
3 veces a la semana en la tienda, es fácil ponerse al día con las listas y
sacar ideas. Pero la ventaja siempre la tiene el que va un paso adelante, el
que sale con la carta tech del momento o que le da un nuevo giro de tornillo a
ese mazo que ya todos parecían haber agotado.
Para mí los máximos ejemplos, en el último año, que permiten
ilustrar lo importante de este punto son Sam Black y Brad “FFreak” Nelson.
Ambos me han sorprendido con mazos innovadores y eficientes, y me demuestran lo
mucho que nos falta aquí en Chile para ser como ellos, y poder golpear el meta-game
con la contundencia que ellos aportan. La construcción de mazos requiere de preparación,
análisis y perspectiva, y eso demuestra lo demandante que puede llegar a ser
este deporte.
III Una
metáfora del mundo.
Algunos ya me habrán escuchado decir que magic es una metáfora
de un mundo más justo. En cada partida de Magic hay al menos cuatro componentes
en pugna que determinan al ganador. La preparación, el talento, la experiencia
y la suerte. En el mundo actual también influyen el lugar donde naciste, tu
apellido, tu color de piel, tu orientación sexual, tu condición socioeconómica,
tus afiliaciones religiosas, políticas y sociales y tu vocación laboral. En
magic eso queda fuera, y eso lo transforma en un oasis ideal, un tesoro en un
mundo en el que hacen falta.
La preparación es el componente más amplio, he incluye desde
la elección del mazo y de las cartas individuales que destacan en él, hasta el
acondicionamiento logístico antes y durante el torneo, estar bien hidratado y
descansado y con los materiales apropiados.
Contrario a la opinión generalizada de que los precios de magic hacen
que el juego competitivo sea prohibitivo, mi preparación ha demostrado que con
perseverancia, buenos amigos y constancia, se puede jugar magic con lo justo y
necesario. Jugue el PTQ modern con un mazo prestado he hice top 16, y en los últimos
3 WMCQ jugué con alrededor de 50 cartas prestadas o que me fueron vendidas a
precios rebajados. La preparación no requiere una posición de privilegio, sólo
la mentalidad para vencer las dificultades.
Es también el aspecto donde los chilenos más nos caemos, como en el
deporte; Tenemos demasiados Mauricios Pinilla y Jorge Valdivia, demasiados
bautizasos la noche antes de torneos importantes o testeos hasta la madrugada
que no rinden. Si nuestros jugadores más talentosos tuvieran la disciplina de
los croatas o los checos, clavaríamos top16 en todos los WMC, lo doy firmado.
El talento es la capacidad para ver la interacción que el
resto olvidó, para leer una jugada ante el menor indicio o ejecutar un plan de
juego poco ortodoxo para ganar un partido que parece perdido. No voy a mentir,
es un factor relevante, a los talentosos el juego les resulta más fácil y a
nosotros más difícil. Pero si de algo de esta columna estoy sumamente seguro,
es que la preparación puede compensar la falta de talento, pero ni con todo el
talento del mundo vas a poder triunfar sin buena preparación, salvo que seas
Finkel, el clavo dos top16 seguidos con Storm en modern sin testear.
La experiencia es, en términos cavernícolamente elementales,
jugar, jugar y jugar hasta que se te caigan los dedos. Paulo Vito Damo Da Rosa
ha dicho en reiteradas ocasiones que la única manera de mejorar en este juego
es jugar mucho magic, y yo estoy sumamente de acuerdo. Sea en MOL, en la tienda
o con los amigos en la cocina, repetir estados de mesa e interacciones son la
manera de perfeccionar tu juego, y de alcanzar un nivel suficiente para dar la
pelea en los torneos de perros grandes. Lo único que puedo agregar es que la
experiencia es la base del piloto automático, y cada vez me convenzo más de lo
elemental de esa herramienta.
A falta de una mejor definición, el piloto automático es el
modo de juego que uno adopta cuando se esta distraído, aburrido o agotado. Es
jugar desde el semiconsciente. Y en ese estado nuestra mente recurre a
experiencias pasadas para pre-definir nuestras líneas de juego, aquellas que no
pensamos si no que empleamos por acto reflejo. Obviamente en un torneo premier
de lo que se trata es de ponderar cada jugada y no recurrir al piloto automático,
pero ese es un estado ideal de cosas y a veces ocurre que inevitablemente
recurrimos a él. A mí me pasa jugando MOL más de lo que quisiera admitir, y la única manera
de que eso no lleve al fracaso, es acumulando la experiencia suficiente como
para que tu piloto automático reconozca suficientes elementos como para poder
ganar a pesar de él.
La suerte es auto-explicativa, es la contingencia incierta
de ganancia o pérdida. Sólo quiero detenerme en una lección que aprendí viendo
el video de Craig Jones “Top-deck of the Century” hace un par de años. Si bien la suerte es inherentemente
incontrolable, hay situaciones en las que la única salida es apelar a ella. Cuando
tu mazo de sellado no tiene ninguna bomba y tu oponente tiene 4 miticas
groseras en un mazo de dos color, la única manera de ganar es apelar a una
salida agresiva y esperar a tener algo de suerte. Si en un partido de
construido la única manera de ganar es plantear el juego para ganar
topdeckeando un thundermaw/aristócrata/serenity, entonces eso es lo correcto,
aun cuando no lo puedas controlar.
Magic tiene otros componentes que lo hacen ser aquella
magnifica actividad que nos une. Los amigos que uno conoce en el camino, la
entretenida faceta de colección y la inacabable fuente de formatos casuales y
reinvenciones del juego. Me encantaría detenerme en cada uno de estos aspectos,
pero me resulta imposible hacerlo sin transformar esta ya extensa columna en un
papiro virtual sin fin. Por ahora lo dejo hasta aquí, pero acompáñenme y la próxima
semana hablaremos de los mazos que estoy trabajando en modern y standard y
bloque, para poner los pies más en la tierra.
F.VALDIVIA
Yiyi.
Yiyi.
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